Con una habilidad extraordinaria para introducir al lector en situación, mediante un muy acertado dominio del estilo narrativo, la novela de M.A. Badal logra trasladarnos a aquella época y hacer partícipe al lector de la angustia en que entonces vivían los pobres habitantes de este planeta, atrapados entre las bubas negras que de pronto podían aparecer en sus cuerpos y llevarlos, con casi total seguridad, a la muerte; los ejércitos que, con feroz ruido de hierro y teas encendidas, podían presentarse de pronto a las puertas de sus ciudades o en la lontananza de sus campos; y si era judío o musulmán, las persecuciones religiosas que de vez en cuando se abatían sobre sus barrios si un predicador furibundo los señalaba como culpables de tanta tragedia.