"Cuando las cosas no marchan bien, el ser humano necesita hacerse preguntas".
Presentamos hoy a Miguel Badal Salvador. Un autor que presenta su segunda
novela, en este caso en edición digital, editorial Tagus, y que nos sugiere
adentrarnos en los avatares del siglo XIV.
Una época especialmente convulsa y que se asemeja a la actual por la grave
crisis que atravesaron los entonces habitantes de los reinos peninsulares.
La presente novela es una novela histórica, en la que según nos explica el
propio autor, se usa más la historia que la literatura, afianzando los
personajes novelados sobre una realidad muy cuidada.
¿Qué pretendes resaltar de aquel período histórico?
Sencillamente la fragilidad de la vida. El hombre es polvo de la tierra, y si
hay un período de la historia en el que ha tomado verdadera conciencia de su
dramática realidad, ese es, sin duda, el siglo XIV. Jamás la muerte ha estado
tan presente en la vida del hombre como en esta época. Recordemos que las
fuentes relatan como los cementerios estaban completamente desbordados, como los
cuerpos quedaban sin enterrar, como se tapiaban viviendas en las que una familia
había enfermado, etc. El hombre convivía dramáticamente con la muerte y la tenía
presente en su vida, y aprendió a valorar el final de la vida como un elemento
igualador ante el que se hincaban de rodillas tanto obispos como nobles y
plebeyos. Hoy en día, por el contrario, hemos repudiado a la muerte y la hemos
apartado de nuestras vidas. Nos negamos a aceptar que forme parte de la
condición humana y eso nos deshumaniza completamente. Por eso me gusta decir que
la novela relata una historia muy humana en la que la vida y la muerte, con toda
su crudeza, se muestran sin tapujos.